viernes, 14 de junio de 2013

Si Chávez hubiese sido desarrollador de GNU/Linux


Si en vez de haber querido ser pelotero Chávez hubiese sido tecnólogo, seguramente fuese desarrollador de Canaima GNU/Linux. No le hizo falta tal título para lograr en el movimiento de las Tecnologías Libres avances tan importantes como los actuales.

No es casualidad que uno de los principales proyectos en materia de Ciencia y Tecnología que impulsó el comandante fue Canaima, que muchas personas conocen como “las canaimitas que recibieron nuestros hijos”, quienes por cierto nacerán usando Software Libre y no se alienarán con computadoras que tengan instadas tecnologías majunches. Se habrán liberado y estarán ya despiertos mucho tiempo antes que llegue el movimiento del Software Libre a decirles que deben despertarse para poder romper las esposas digitales.
Entre las razones no-técnicas de Canaima GNU/Linux está que los niños y niñas en Venezuela nazcan y se eduquen en un país potencia (para ellos ya es un país potencia), también está el hecho de escoger Software Libre por su modelo de desarrollo colectivo (comunitario) en la tecnología, sumado al hecho que el movimiento del Software Libre promueve los valores de compartir el conocimiento y promueve, textualmente en su definición, “la solidaridad social”.

Si aplicamos un poquito de etimología cotidiana, el nombre completo de “Canaima” es “Canaima GNU/Linux” y no por casualidad lleva ese apellido: es un apellido que contiene una inmensa razón fundamental que con lo menos que tiene que ver en varios aspectos es con el asunto técnico e informático. Tribilín seguramente entre uno y otro juego hubiese advertido esto, haciéndose preguntas tempranas y universales.

Aprendería entre páginas web y listas de correos que las Tecnologías Libres se asocian directamente y de manera muy determinante con asuntos como Soberanía, justicia social, igualdad, etc. Asimismo notaría algo muy importante:

El asunto del Software Libre es un asunto ético, filosófico, formal y político que requiere la seriedad del caso para entender sus inmensas repercusiones en lo práctico. Aprendería el novato Chávez que el Software Libre no es un asunto técnico y notaría rápidamente que de hecho cuando hay sólo técnicos la vaina se empastela bien feo. Aquí echaría el cuento, años después en un programa televisado que una vez empezando el desarrollo de una distribución libre, los desarrolladores terminaron usando toda su energía discursiva para meter a todos en el debate sobre si es mejor tal o cual tipo de sistema distribuido de archivos y propusieron métodos para crear las próximas discusiones al respecto que aunque fue un método muy discutido por razones de tiempo de decidió casi cualquier cosa y no quedó anotado en ningún lado. El cuento termina en que el dispocisionero tomó una minuta por su parte y la validó después entre el grupo ya dedicado a celebrar con mucho alcohol los resultados obtenidos. Junto al cuento el comandante hubiese aprovechado para recordar cuánto han cambiado las cosas.

Si Chávez hubiese nacido no en una casa con piso de barro sino en una comunidad desarrolladora de Software Libre, le diría a las divisiones de “recursos humanos” de las instituciones que son todas unas cajitas en un organigrama y que un trabajador o trabajadora no se le debe tratar igual que a un tonner o a una definición contractual, que el trabajador o trabajadora no es ni un consumible ni unos papeles, en una carpeta, en una gaveta, en una oficina casi siempre triste o entristecedora. Mi comandante les diría que el talento humano, la formación, la capacidad y el compromiso no necesitan una engrapadora para archivarse ni se logra ver a través de los universitarios instrumentos de medición estadística y levantándoles la voz, alzado y digno les diría “mercachifles” y les recordaría que uno no es un diagrama de flujo de sellitos y firmas con originales y copias.

Seguramente muchos se indignarían al escucharlo y saldrían a votar por el reposero del sindicato que sea, mientras sea uno que se le oponga.

Si Chávez hubiese sido lo que en la comunidad de internet se conoce como un “geek”, haría un podcast donde diría que los poderes económicos y sus herramientas como la empresa Microsoft, Oracle, Novell, la antigua SCO y otras más frecuentemente se les escucha hablar sobre “La Neutralidad Tecnológica”. Advetiría que es un término peligrosísimo pues en su enunciado dice cosas sensatas, pero en la acción siempre resulta en dominación del pez gordo, del “Big Brother & Ucle Sam co.” que compra unos terrenos y usa los ranchos que hay como material reciclado para el relleno del terreno. La advertencia la haría al pueblo a darse cuenta que esos poderes, cuando tienen que hablar de Software Libre, se cuidan de no nombrarlo. No dicen “Software Libre” ni “GNU”. Para eso usan términos “Linux” cuya filosofía dice, parafraseando, palabras más y palabras menos que “no importa si las tecnologías se hacen para la dominación: lo importante es que funcionen bien y sean cómodas”.

Chávez sabría de una que las tecnologías no deben ser neutras pues deben estar al absoluto control y autodeterminación de los pueblos. Deben proteger a los ciudadanos y ciudadanas de un país y deben estar bajo las órdenes e inapelablemente subordinados a la voluntad humana de quienes administran los sistemas que llevan las riendas de la república, de la nación y, finalmente entonces, de la patria.
Aunque fuese un asunto técnico, así como los asuntos técnicos de la economía del petróleo, nos lo explicaría.

Al comandante en vida física no le hizo falta ser desarrollador de GNU/Linux para darse cuenta que Canaima aún no estaba al nivel como para nombrarlo él en televisión. Sabía que necesitaba aún funcionar mejor para que él no quedara mal con nadie después. Ese día no lo llegó a ver, porque los tecnólogos estaban unos retuiteando a capriles y otros discutiendo si el Software Libre debe o no tener componentes de dominación, espionaje, control remoto y restricciones injustas.

Nunca le faltaría al comandante un imbécil acreditado por el sistema que propusiera exactamente todo lo contrario de lo que él opinara y escudado en la libertad de expresión llamaría sus seguidores a intentar opacar su propuesta liberadora, a sabiendas del fracaso en esta acción.

Si Chávez hubiese sido un desarrollador de GNU/Linux quizás tampoco hubiese tenido tiempo de aprender a tocar un instrumento musical, aunque sería igualmente amante de la música, con el mayor sabor nacional posible. Seguramente como buen nerd, geek y ñu, tendría los dos pies muy zurdos para bailar pero igual haría el aguaje, para luego con alegría reírse con los panas al verse en televisión cuando repitieran las tomas en los medios de comunicación del odio y la frustración.


Con esa misma sonrisa termino estas líneas y me dedico a seguir haciendo patria. Fortalecido, consciente y esperanzado.

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