miércoles, 11 de agosto de 2010

El proceso revolucionario, nuestro conflicto.

No hablemos del posible conflicto entre Colombia y Venezuela ya muchos lo han analizado, además, debemos tener en cuenta de que es posible una invasión del imperialismo yanki, bien sea a través del gobierno colombiano o directa, reunimos condiciones para ser invadidos: nuestro petróleo, nuestro hierro, nuestro gas, nuestra naturaleza, pero lo que en realidad les molesta a estos devastadores de mundos es lo que el pueblo venezolano está construyendo o tratando de construir y que no es otra cosa que el socialismo. Lo que debemos analizar es cual será nuestra reacción en caso de un conflicto y no es porque ponga en duda de que el pueblo saldrá a defender con todo nuestra soberanía, estoy convencido de que lo hará. Pero las condiciones por las que hoy atraviesa el proceso venezolano deben ser sometidas a un análisis profundo ya que de la misma dependerá no solo el triunfo de la revolución socialista sino el triunfo ante una posible invasión. Hoy el proceso en nuestro país está marcado por desviaciones que desvirtúan la construcción del socialismo y esto fundamentalmente está siendo aplicado, en su mayoría, por muchos de los que dirigen las instituciones del Estado, la ineficiencia, el burocratismo y la corrupción parecen sellos indelebles que se impregnaron en la piel de aquellos que dicen ser socialistas y que dirigen desde el Estado las instituciones. Para un revolucionario socialista con principios sólidos no debe ser fácil ser dirigente de una institución de un Estado que aún es burgués, en primer lugar porque no estamos acostumbrados a esto, siempre fuimos oposición, pero ahora que se nos presenta la oportunidad la estamos dejando pasar y nos estamos dejando absorber por el burocratismo y no ponemos en práctica nuestra “formación marxista”, aunque parezca paradójico estamos haciendo lo contrario y esto está causando un daño irreparable al proceso. Estamos convencidos de que si algún camarada llega a un cargo de dirección en la administración pública, este debe aplicar los métodos que se requieren para construir socialismo, que no es otro que el hacer una gestión con los trabajadores o comunidades, deben dejar bien claro ante sus “superiores” que es de esta manera que se debe hacer una buena gestión y en caso de que esta condición no sea aceptada, sencillamente no debe aceptar el cargo. En el caso del Estado, de los servidores públicos no se trata de ser los que nos la sabemos todas más una, se trata de ser facilitadores de procesos de formación, de organización, de movilización sin el delirio de grandeza, que por lo general caracteriza a estos camaradas cuando ocupan un cargo. Escudándose en su investidura asumen posiciones reaccionarias, oportunistas, déspotas y serviles, pierden el contacto con la realidad y se olvidan de los principios que decían o dicen tener, toman decisiones en cuartos cerrados sin el más mínimo contacto con los trabajadores, se dejan llevar, más por chismes de pasillo que por criticas propositivas. Esto es realmente lamentable ya que pareciera que al llegar a esos cargos se les cae la careta asomando su verdadera cara de viles oportunistas.Ahora bien, estos “dirigentes” institucionales, sobre todo los de cargos altos, tienen la obligación de releer al Che o leerlo, para que sepan el papel que debe jugar un dirigente revolucionario con altos cargos, deben bajar a tierra y codearse con el pueblo y en caso de que su “estatus” no se los permita, deben renunciar y si se trata de las líneas de más arriba deben aclarar para que están ahí y deben hacer lo que la moral y la ética revolucionaria, en caso de tenerla, les dicta.Estas desviaciones pueden jugar en contra de una posible invasión ya que han sembrado en el seno del pueblo mucha frustración, apatía y desconcierto, si no tomamos medidas ante estas desviaciones orquestadas por oportunistas de izquierda dentro de las instituciones estaremos ante un peligro mayor. Las instituciones deben abrir sus puertas al pueblo y ponerse a su servicio antes de que el pueblo las derrumbe. Debemos entender que ponerse al servicio del pueblo no es darle dádivas o reparar una que otra cancha, calle o prestamos a cero interés, se trata de construir con ellos, de elaborar con ellos, de empujar para que asuman el control, no debemos temerle a la organización, unidad y control del pueblo, es precisamente ahí donde debemos avanzar. Sin controlar desde las instituciones, sin utilizar los movimientos para nuestros fines, esto será lo que permitirá triunfos en todos los terrenos y la avanzada hacia el socialismo será realidad y la posibilidad de una invasión será mucho menor cuando vean a un pueblo dueño de su destino. turkialmaaz@gmail.com

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