Como si en verdad fuera un orgullo para los tachirenses (o para cualquier ser humano), esta y las
demás ediciones de la feria se han encargado de hacer apología a uno de los
delitos mas infames cometido por algunos dizque seres humanos, con la mayor
desvergüenza, desfachatez y cinismo, se promueve a través de los “medios de
comunicación”, a los que nosotrxs llamamos medios de trasnculturación y
manipulación, algo que ellxs llaman cultura y tradición, no es otra cosa que
las corridas de toros.
Este dantesco espectáculo donde
un asesino ególatra llamado torero, hiere repetidas veces a un animal
indefenso, asustado, y previamente disminuidas sus fuerzas a punta de choques
eléctricos con un instrumento de tortura llamado tábano, luego de haberle
puesto unas bolsas de arena colgadas en el lomo para cansarlo y haberlo
mantenido aislado de la vista de seres humanos para que cuando vea uno lo
envista y así hacer ver que el pobre animal representa un peligro.
E
Esta cruel e infame práctica a pesar de ser una demostración de
sadismo, es parte del evento internacional más importante que tiene lugar en
nuestro estado Táchira; la feria artesanal, la exposición ganadera, los desfiles de carrozas y autos antiguos
comparten tarima con este rictus satánico que toca su clímax, su momento más
violento al compás de sangre y pasodoble, pero no contentos con regodearse con el suplicio y tortura del
bóvido, una vez masacrado, aún vivo le mutilan para premiar a este criminal que
se enriquece a costas del más infame acto de horror y morbo.
Afortunadamente cada día somos más quienes tomamos consciencia de lo miserable
de este ritual, pero se hace necesario y urgente que desde el hogar pero sobre
todo desde la escuela se den pasos firmes para crear en nuestrxs niñas, niños y
adolescentes la clara percepción crítica ante lo que a todas luces representa
la cultura de un imperio que además de la masacre y exterminio de nuestros
abuelos y abuelas indígenas, nos impuso este oprobioso estectáculo que por
falta de información o por simple ceguera o indolencia o deshonestidad
intelectual se ha asumido como parte de nuestras tradiciones.
Desde este humilde
aporte queremos saludar la iniciativa de los colectivos que año tras año han
venido haciendo la protesta pacífica ante la plaza de oprobio y alentamos que
cada día se sumen más y más seres conscientes a esta lucha revolucionaria
porque se prohíban estas actividades que empañan el gentilicio tachirense que
es conocido por su cordialidad.
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